miércoles, 17 de febrero de 2021

El aviso

La biblioteca cerraba siempre a las 8. Esther estaba siendo devorada por las aventuras del muchacho de la cicatriz. Cuando llegó al salón que le recomendaron el sol apenas estaba sobre su cabeza. Como todos sabían, el tiempo siempre se escapaba de las manos cuando se estaba allí.

Debía regresar temprano a su casa o no podría volver a la biblioteca, según sus padres.

Ella confiaba plenamente en su reloj biológico, pues le daba una señal justo en el momento preciso. Se relajó y se sumergió en su lectura.

Cuando sintió la señal se preparó para partir.

¿Qué hora es? ¿Qué pasó? La puerta no cedía ante sus manos. Los altos cristales se teñían de negro y ni un pequeño ruido se escuchaba a su alrededor; nada más que el ulular de una lechuza, al igual que en su libro favorito.

Esther siempre se enteraba de todo, pero nunca sospechó que había pasado por alto el aviso junto a la puerta:


“CUIDADO,

EL TIEMPO VUELA

SI EN UN LIBRO INMERSO ESTÁS”




27 de julio de 2017

lunes, 8 de febrero de 2021

Alma

 Árboles, cables, postes, concreto, césped, montes, nubes, flores, autos; todo a mi paso. Cada día, las horas se transforman en una vitrina de aquellas cosas. Les veo pasar o más bien, yo paso por ellas. Aprendí a reconocer las horas con la dirección de los rayos del sol. Aprendí a predecir la lluvia que se avecina, con la forma de las nubes. Conozco las voces de muchos pasajeros. Algunos pasan todos los días, otros de vez en cuando. Aunque algunas voces solo las escucho una vez; nunca más se escucharán. Lo sé porque luego los veo pasar a mi lado para despedirse.

No sé cuánto tiempo estaré aquí, ni cuando fue que comenzó. Supongo que para un alma en pena esto podría ser por la eternidad. Una eternidad en el último bus que tomé.

17 de noviembre de 2019


viernes, 5 de febrero de 2021

Abatida desde las raíces

 Erguida entre la falsedad

con los pies apresados,

la soledad me encuentra

y todos miran sin verme.


El viento agita mis bordes 

mas no puedo moverme.

El deseo que invade mis venas

produce un abismo en mis grietas.


Mi deseo es arrancar

cansada anhelo libertad.

Y estoy aquí sometida, 

enterrada sin lealtad.


Cadenas invisibles cuelgan de mis piernas

no las puedo quitar.

De todo lanzan a mis pies

inmundicia, suciedad. 


Mírame, por favor

no me dejes morir.

Mis entrañas gritan

alto, fuerte y con dolor.


Soy lo verde,

soy lo suave,

soy aquello que se mueve

con el viento, tambaleante.


Hombre déjame, libérame.

Soy la madre naturaleza

pidiendo compasión 

por vez primera.

miércoles, 3 de febrero de 2021

Cerillos


El amor quema,

consume todo.

Cambia lo que fuiste, lo que eres.

Así nos consumió

Lento, profundo

Nos resistimos,

luchamos por estar en pie

Quisimos sostenernos

el uno al otro.

Pero caímos, abrasados.